"Wish You Were Here" es el noveno álbum de estudio de la banda británica de rock Pink Floyd, lanzado en septiembre de 1975 e inspirado en el material que compusieron durante su gira europea de 1974 y que grabaron en los Abbey Road Studios de Londres. Su temática explora la ausencia, la industria musical y los problemas mentales del anterior miembro de la banda Syd Barrett. Las sesiones de grabación fueron arduas y complicadas, en parte por la idea de Roger Waters de dividir la canción "Shine On You Crazy Diamond" en dos, para después unir cada mitad con tres nuevas composiciones. "Shine On" es un tributo a Barrett, quien, irónicamente, se presentó en los estudios el 5 de junio mientras se grababa. A la banda le costó reconocerle debido a su sobrepeso y a su cambio de aspecto.
Al igual que en su álbum previo, "Dark Side of the Moon", la banda utilizó distintos efectos de sonido y sintetizadores. Roy Harper colaboró como vocalista en la canción "Have a Cigar". El diseño artístico del álbum, nuevamente en manos de Storm Thorgerson, contiene una funda negra y opaca que tapa la portada del mismo. Wish You Were Here se estrenó en Knebworth en julio de 1975, para después ser lanzado oficialmente en septiembre de ese mismo año. Fue un éxito inmediato, la compañía discográfica EMI ni siquiera pudo editar las suficientes copias para satisfacer la demanda. Al comienzo recibió críticas positivas y negativas, aunque está posicionado en el puesto número 209 de la lista de los 500 mejores álbumes de la historia elaborada por la revista Rolling Stone. Los miembros de la banda Richard Wright y David Gilmour coinciden en que Wish You Were Here es su álbum favorito de Pink Floyd.
Historia. Durante 1974, Pink Floyd compuso tres nuevos temas; "Raving and Drooling", "Gotta Be Crazy" y "Shine On You Crazy Diamond", que tocaron previamente en una serie de conciertos por Francia y el Reino Unido, como parte de su primera gira desde la que hicieron para promocionar The Dark Side of the Moon en 1973. La banda nunca había contratado a un publicista y poco a poco se estaban distanciando de la prensa. Su relación con la misma comenzó a agriarse, por lo que después de una fuerte crítica de Nick Kent (devoto de Syd Barrett) sobre su nuevo material y otra de Pete Erskine de la revista NME, regresaron al estudio la primera semana de 1975 para comenzar a dar forma a su nuevo álbum.
Concepto. Wish You Were Here (en español: Ojalá estuvieras aquí) es el segundo álbum de Pink Floyd en utilizar una temática conceptual escrita íntegramente por Waters, y evoca su sentimiento de que la camaradería que alguna vez se había sentido entre los miembros de la banda, hacía tiempo que estaba ausente. El álbum comienza con una introducción instrumental de ocho minutos y medio, antes de empezar con "Shine On You Crazy Diamond". "Shine On" es un tributo al antiguo miembro de la banda Syd Barrett, obligado a abandonar la banda por una crisis nerviosa debida al consumo de drogas que le acarreó problemas mentales unos años antes. Barrett es recordado con frases como "Remember when you were young, you shone like the sun" ("Acuérdate de cuando eras joven, brillabas como el sol") y "You reached for the secret too soon, you cried for the moon" ("Intentaste conocer el secreto demasiado pronto, anhelaste la luna").
El álbum es también una crítica a la industria musical: "Shine On" se junta con "Welcome to the Machine", que comienza con la apertura de una puerta —descrito por Waters como "símbolo de un descubrimiento y progreso musicales traicionados por la industria musical que está más interesada en el éxito y que se muestra avariciosa"—. La canción termina con sonidos de una fiesta, tipificando "la falta de contacto y sentimientos reales entre la gente". "Have a Cigar" desdeña a los "peces gordos" de la industria musical de forma similar, utilizando frases como "casi no sabe contar" o "por cierto, ¿cuál de ellos es Pink?" —esta última, una pregunta que en al menos una ocasión se le planteó a la banda—. "Wish You Were Here" contiene letras relacionadas no sólo con la condición de Barrett, sino también con la dicotomía del carácter de Waters, como idealista, así como su personalidad dominante. El álbum acaba con una repetición de "Shine On", y más partes instrumentales.
Alan Parsons fue el ingeniero de la EMI responsable del anterior álbum de Pink Floyd Dark Side of the Moon, aunque decidió rehusar la oferta de la banda para seguir trabajando con ellos (comenzando un proyecto propio llamado The Alan Parsons Project). La banda había trabajado previamente con Brian Humphries en la banda sonora More —grabado en los Pye Studios —y nuevamente en 1974, al reemplazar a un técnico de directo de poca experiencia, por lo que le reclutaron para grabar los nuevos temas, aunque por no conocer bien los estudios Abbey Road se encontró con varias dificultades en el comienzo, incluyendo un error que trajo como consecuencia estropear las primeras versiones de "Shine On". Se tuvo que regrabar toda la pista, llena de reverberación.
La banda, que estaba trabajando en el estudio número tres, comenzó teniendo problemas para crear nuevo material, especialmente porque el éxito de Dark Side of the Moon les había dejado agotados emocional y físicamente. Richard Wright dijo de esas primeras sesiones de grabación que ocurrieron "en un periodo difícil", mientras que Roger Waters dijo que fueron "una tortura". El batería Nick Mason encontró el proceso de grabación multipista agotador y tedioso, mientras que David Gilmour estaba más interesado en mejorar el material ya existente de la banda que en crear un material nuevo. Además se estaba comenzando a sentir frustrado con Mason, cuyo matrimonio fallido le había dejado apático, cosa que afectó a su forma de tocar. Mason ha dicho que la diatriba de Nick Kent en la revista NME posiblemente tuviese algo que ver en la supervivencia de la banda.
David Gilmour: "Tengo que decir que fue un período muy difícil. Todos tus sueños de la infancia se habían cumplido y teníamos el álbum más vendido del mundo y todo por lo que nos metimos en esto. Las chicas, el dinero, la fama y todo ... todo nos había venido de cara y tenías que volver a pensarte por qué estabas metido en esto; fue una época bastante confusa y bastante vacía durante un tiempo ..."
Sin embargo, a las pocas semanas Waters comenzó a visualizar otro concepto. Las tres nuevas composiciones escritas durante la gira de 1974 eran un punto de partida para el álbum, y "Shine On You Crazy Diamond" parecía una elección lógica para ser el centro de todo. Era básicamente un instrumental de más de veinte minutos similar a "Echoes", la pieza inicial de guitarra recordó a Waters la figura de Syd Barrett. La pieza la compuso Gilmour por accidente, aunque siguió con ello gracias a la respuesta positiva de Waters. La idea de Waters era dividir "Shine On You Crazy Diamond" en dos, y colocar en medio dos nuevas canciones. Gilmour no estaba de acuerdo, pero se resignó porque los otros tres eran mayoría. "Welcome to the Machine" y "Have a Cigar" eran ataques encubiertos hacia la industria musical, mientras que las letras se fusionaban con "Shine On" para crear un sumario sobre las subidas y bajadas en la vida de Barrett, "Porque quería acercarme al máximo a lo que sentía ... esa melancolía indefinible e inevitable sobre la marcha de Syd". "Raving and Drooling" y "Gotta Be Crazy" finalmente no tuvieron cabida en el nuevo álbum, por lo cual fueron desechadas.
La visita de Barrett. Uno de los momentos más significativos de las sesiones de grabación de Wish You Were Here ocurrió el 5 de junio de 1975. Ese día Gilmour se unió en matrimonio por primera vez, además de ser el día previo a la segunda gira estadounidense de la banda ese año. La banda se encontraba completando el proceso de mezcla de "Shine On", cuando un hombre con sobrepeso, la cabeza y cejas afeitadas y con una bolsa de plástico en la mano entró en los estudios. Waters en un principio no le reconoció. Wright tampoco sabía quién era. Supuso que era un amigo de Waters y le preguntó al respecto, antes de darse cuenta de que era Syd Barrett. Gilmour pensó inicialmente que era un empleado de EMI, mientras que Mason tampoco le reconoció, diciendo que se sintió "horrorizado" cuando Gilmour se lo dijo. En Inside Out (2005) Mason recordó la conversación de Barrett de ese día como "desganada y no enteramente coherente". Storm Thorgerson reflexionó sobre la presencia de Barrett: "Dos o tres personas lloraron. Estuvo por ahí y habló un poco, pero realmente no estaba allí".
Waters estaba visiblemente afectado por ver el estado de Barrett, a quién Andrew King preguntó cómo podía haber ganado tanto peso. Barrett dijo que tenía un refrigerador muy grande en la cocina, y que había estado comiendo muchas chuletas de cerdo. También mencionó que estaba listo para aportar a la banda, aunque al escuchar la mezcla de "Shine On" mencionó que no entendía la relevancia del tema dentro de su propia difícil situación. Se unió a los invitados de la boda de Gilmour en la cafetería de EMI, aunque se marchó sin siquiera despedirse. Ningún miembro de la banda lo volvió a ver hasta su muerte en 2006. Aunque las letras ya estaban acabadas, la presencia de Barrett ese día en los estudios puede haber influido en la parte final de la canción -ejecutada por Wright, se oye el estribillo de "See Emily Play" hacia el final del álbum.
Roger Waters, dijo: Estoy muy triste por lo de Syd. Por supuesto que era importante y la banda nunca hubiese comenzado sin él porque componía todo el material. No podía haber ocurrido sin él pero, por otro lado, no podíamos haber seguido con él. "Shine On" realmente no trata sobre Syd -él es sólo un símbolo para todos los extremos de ausencia que algunas personas han de consentir porque es la única manera que pueden soportar lo jodidamente triste que es la vida moderna, para retirarse completamente. Lo encontré terriblemente triste.
Roger WatersEn una entrevista en el 2001 al canal BBC para grabar el documental Syd Barrett: Crazy Diamond, Wright dijo:
«Una cosa que realmente permanece en mi memoria, que nunca olvidaré, sucedió en las sesiones de “Shine On”. Llegué al estudio y vi a ese hombre sentado al fondo del estudio, estaba tan lejos como tú lo estás de mí. Y no lo reconocí. Dije '¿Quién es este fulano detrás de ti?"Ese es Syd". Y simplemente me vine abajo, no lo podía creer... Se había afeitado todo el pelo... Es decir, hasta las cejas, todo... Iba de arriba a abajo, haciendo ruido con los dientes, era horroroso. Y, eh, yo estaba, quiero decir, Roger estaba llorando, creo que yo también, los dos estábamos llorando. Fue muy chocante... siete años sin contacto, y llegó entonces, cuando nosotros estamos haciendo esa canción en particular. No sé, coincidencia, karma, destino, ¿quién sabe? Pero fue muy, muy, muy potente».
En el mismo documental, Nick Mason expresó: «Cuando pienso en ello, aún puedo ver sus ojos, pero... todo era diferente». Waters también intervino en la entrevista: «No tuve ni idea de quién era durante mucho tiempo», así como Gilmour: «Ninguno de nosotros lo reconoció. Afeitada... la cabeza calva afeitada, y muy gordo».
Instrumentación. Al igual que con Dark Side of the Moon, la banda utilizó sintetizadores como el VCS3 (en "Welcome to the Machine"), aunque suavizados con la guitarra acústica de Gilmour y la percusión de Mason. El comienzo de "Shine On" contiene retazos de algunas composiciones previas de la banda, conocidas como Household Objects. Se utilizaron vasos de vino llenos de diferentes cantidades de fluidos para grabar una serie de sonidos al pasar el dedo por los bordes de ellas. Estas grabaciones se hicieron como multipistas y se usaron para la apertura de "Shine On".
El violinista de jazz Stéphane Grappelli y el clásico Yehudi Menuhin se encontraban en otro de los estudios del mismo edificio cuando se les invitó a grabar una de las piezas del nuevo álbum. Menuhin vio a Grappelli tocar, aunque finalmente la banda decidió no usar su contribución y grabó encima. Aunque Grappelli no fue acreditado por su contribución (la banda presumió que podía sentirse insultado), se le pagaron £300 por ella. Dick Parry volvió a contribuir tocando el saxofón, esta vez en "Shine On You Crazy Diamond". Los primeros compases de "Wish You Were Here" se grabaron de la radio del coche de Gilmour, mientras alguien iba cambiando de dial (la música clásica que se escucha es la cuarta sinfonía de Tchaikovsky).
Voces. Las sesiones de grabación fueron interrumpidas en dos ocasiones por la gira de Estados Unidos (una en abril y la otra en junio de 1975), además de que las últimas sesiones, llevadas a cabo después del estreno del álbum en un concierto en Knebworth, resultaron muy problemáticas para Waters. Pasó apuros para grabar las voces de "Have a Cigar", por lo que tuvo que hacer varias tomas hasta conseguir el resultado deseado. Los problemas venían por culpa de su limitado registro vocal, además de por las tensiones que pasó a la hora de grabar su parte vocal en "Shine On". Se le pidió a Gilmour que cantase en su lugar, pero se negó, por lo que finalmente lo hizo Roy Harper. En aquel momento Harper se encontraba grabando su propio álbum en los estudios de Abbey Road, en el que Gilmour ya había colaborado en algunas piezas de guitarra. Waters más tarde se arrepintió de la decisión, creyendo que finalmente lo tenía que haber hecho él mismo. The Blackberries grabaron los coros de "Shine On".
Canciones. El disco comienza con “Shine On You Crazy Diamond (Part One)”, de trece minutos de duración. Es un homenaje a la figura de Syd Barret, esto se puede observar en versos como “Acuérdate de cuando eras joven, brillabas como el sol” o “Intentase conocer el secreto demasiado pronto, anhelaste la luna”.
La canción comienza con una introducción en la que el volumen va subiendo poco a poco, creándose un ambiente de misterio, que ayudan a desarrollar los sintetizadores. Podemos escuchar también el sonido de dedos recorriendo los filos de varias copas con distintas cantidades de agua, un detalle sumamente interesante y original.
Sobre los dos minutos empieza a sonar la guitarra de Gilmour haciendo gala de su potencial, tocando uno de los solos más bellos y melancólicos de toda su carrera, el sonido de la guitarra es simplemente triste y melancólico, magnífico.
La segunda parte del tema comienza con un riff de guitarra eléctrica que se repite a lo largo de casi toda la sección. Al principio sólo suena la guitarra, pero la batería se une poco después, aumentando su volumen progresivamente.
Rápidamente se unen también una segunda guitarra, bajo y teclado. La música de este pasaje es brillante, cálida, atemporal (esta última característica predominante de Pink Floyd), una maravilla para los sentidos. El segundo solo de esta sección es similar en sonido y textura al anterior, triste y nostálgico como si de un blues se tratara aunque más tarde se añade algo de distorsión, sonando más rockero.
La tercera parte comienza con un solo de sintezador, ejecutado por Richard Wright, lento y pausado, también hay un tercer solo de guitarra de Gilmour, que al igual que al anterior recuerda a un blues. Los dos solos son espléndidos, no hace falta decir nada más de ellos.
Tras esta magnífica introducción de ocho minutos y medio comienza la parte cantada, con Roger Waters como solista, con un grupo de cantantes femeninas haciendo los coros. Aparte de la música, excelente como siempre, sobresale la letra, llena de referencias a Barret.
La última sección tiene un largo y ostentoso solo de saxofón a manos de Dick Parry, al que se le nota que estaba inspirado cuando lo grabó. Ya en la recta final de esta primera parte de “Shine On You Crazy Diamond”, el tempo de la canción parece que se acelera, destaca aquí el bajo, que juega un importantísimo papel marcando los acentos de la melodía.
Finalmente, la música se va diluyendo poco a poco y por último se puede escuchar el “ronquido” de una máquina que va creciendo en volumen y enlaza con la siguiente canción: “Welcome to the Machine”.
Esta canción es una dura crítica a la industria musical, y en términos generales, a todas las sociedades industrializadas. La letra trata sobre un músico que firma un contrato con un ejecutivo de la industria discográfica (conocido en la canción como la “máquina”).
El punto de vista observado es el del ejecutivo, que busca destrozar la identidad personal del músico para adaptarla a sus intereses comerciales. Pink Floyd muestra aquí su visión más ácida y crítica hacia la industria musical, a la que ven como a una máquina de hacer dinero en vez de un medio de expresión artística. Roger siempre fue enemigo de las grandes empresas que rondaban el ambiente musical. Para él, estos sellos musicales dejaban muy de lado el talento artístico y su misión iba sólo en recaudar dinero con artistas desechables.
No les importaba si ese artista tenía ideales políticos, sociales, o si quería experimentar nuevos sonidos sino que querían todo lo contrario marcado por algo rápido, a la moda, que no haga pensar pero que dé ganancias. Las groupies, la relación entre los músicos, los pedidos de los sellos, los viajes, los productores y los gerentes. Esa manía de los productores de tomar una banda y decirle a cada integrante qué hacer para que una canción se convierta en un éxito, tambien tenía podrido al rebelde de Waters que dejó muy en claro en esta canción su postura ante esos sucesos.
En cuanto a la música, es notable el empleo que se hace de los sintetizadores, fuertemente procesados para sonar “industriales”, así como los efectos de cinta que se escuchan a lo largo de toda la canción.
En este tema no suena la batería y tampoco hay guitarras eléctricas ni bajo, llevando toda la carga de la canción una guitarra acústica, que suena desesperanzada y desgarrada. La voz solista en esta ocasión es la de David Gilmour.
Al principio del tema podemos escuchar como alguien llama a un ascensor y sube en él. al final de éste lo podemos escuchar llegar a su destino: una fiesta (que representa, según Waters, la falta de contacto y sentimientos reales entre la gente), acabando así la cara A del vinilo original.
Gerald Scarfe creó un intenso vídeo que inicialmente era una proyección de fondo para cuando fuera tocada durante el tour de 1977 In the Flesh.
El videoclip muestra una sucesión de secuencias inquietantes. Comienza con una bestia mecánica gigantesca en medio de un paisaje urbano apocalíptico. Esta bestia, a medio camino entre un triceratops y un armadillo, podría ser una referencia a la portada del disco Tarkus de Emerson, Lake & Palmer. Unas chimeneas industriales que se agrietan y exudan sangre. Unas escuálidas ratas merodean entre vigas de acero. Una torre que crece en medio de un desierto. Esta torre se transforma en un monstruo que decapita a un hombre. El vídeo acaba con la cabeza cortada descomponiéndose muy despacio hasta que solo queda el cráneo.
El lado B comienza con “Have a Cigar”, posiblemente la canción que más se acerca al rock “puro” de todo el disco. La voz solista no es interpretada por ningún miembro de la banda, sino por el músico de folk rock Roy Harper. Esto se debió a que Waters había forzado demasiado su voz en “Shine On You Crazy Diamond” y Gilmour tampoco quería cantar la áspera letra. Necesitaban garra vocal y a Roy le venía la canción como un guante. Harper estaba en la grabación de su álbum HQ en el Estudio 2 de los Estudios Abbey Road mientras Pink Floyd estaban en el Estudio 3, al conocer el problema de la banda se ofreció para cantar la voz principal.
Más adelante Waters sostuvo que (quizás inconscientemente) esperaba que los otros miembros de la banda rechazarían su sugerencia e insistirían en mantener la canción estrictamente dentro de los confines de Pink Floyd. Así que se sorprendió cuando los otros aceptaron inmediatamente la idea, y Harper mantiene que él pidió como pago por sus servicios un abono de por vida al (cercano) estadio de cricket Lord's Cricket Ground. Harper se sintió insultado cuando en lugar de eso le enviaron un único cheque (que afirma no haber cobrado nunca).
La letra sigue explotando la temática de la canción anterior, desdeñando a los peces gordos de la industria musical con frases como “casi no sabe contar” o “por cierto, ¿cuál de ellos es Pink?”, pregunta que al menos una vez le fue formulada al grupo en sus años formativos de los años 1960 por un ejecutivo de una compañía de discos. Se dice que el ejecutivo dio la mano a todos los miembros de la banda, los alabó, y a continuación hizo la pregunta. Más tarde, el nombre Pink fue usado para el personaje principal en Pink Floyd: The Wall.
Musicalmente, la canción tiene influencias del funk rock, lo cual se nota sobre todo en los riffs de guitarra, a la que acompañan magníficamente bajo, batería, piano eléctrico y sintetizadores en ciertas partes, que crean una atmósfera futurista e irreal.
La canción fue interpretada por primera vez por el grupo durante su gira norteamericana de 1975 entre las dos mitades de "Shine On You Crazy Diamond" con Waters y David Gilmour compartiendo la parte vocal. Los solos de guitarra en las interpretaciones en 1977 de "Have a Cigar" fueron tocados por Snowy White.
La canción llega a su punto culminante con un solo de guitarra abrasador, que es interrumpido por un efecto sonoro de barrido con filtro de sintetizador conforme la música reduce su volumen como si lo hiciese a través de una vieja radio AM. Algunos han especulado que esto representa la transformación de la música en un producto sin valor, publicitado para las masas (que sería casi profético, ya que la pista recibió una repetitiva emisión como single en las emisoras de radio). Finalmente, la canción se termina con el sonido de una radio siendo sintonizada de una emisora a otra, este efecto es usado como una transición a la canción siguiente, la que da título al álbum, " Wish You Were Here", una de las mejores baladas del rock y que además da título al disco. En el comienzo del tema se puede escuchar como alguien va cambiando de emisora hasta detenerse donde comienza la canción, todavía con ese sonido añejo a radio antigua.
Cerca del minuto a esa “vieja” guitarra se le une una acústica, que da la impresión que es tocada por la persona que está escuchando la radio. Una vez que comienza a cantar Gilmour desaparece este efecto.
La letra trata en parte, una vez más, sobre la ausencia de Barret, también sobre el carácter tanto idealista como dominante de Waters. En cuanto a la música, esta es una de las composiciones más bellas y nostálgicas (en esto también ayuda la letra) de Pink Floyd, su sonido acústico, su tempo pausado, los acordes de guitarra acompañados por el piano...todo en este tema es perfecto, creándose una atmósfera cargada de sentimientos de añoranza.
Finalmente, el tema se va apagando poco a poco y el viento comienza a soplar, enlazándose este sonido con la última canción del disco: “Shine On You Crazy Diamond (Part Two)”. Esta parte es un poco más corta que la primera, aunque en realidad es todo un mismo tema.
Tuvo que ser divido en dos debido a que era demasiado largo para meterlo en un sola cara de un vinilo. Juntándose las dos partes se alcanzan los veintiséis minutos de duración, convirtiéndose, por tanto, en la canción más larga de Pink Floyd.
Al igual que la primera parte, el tema está divido en varias secciones. La primera comienza con el sonido del viento de la canción anterior que desaparece poco a poco. Aquí podemos escuchar dos bajos a la vez, tocados por Water y Gilmour.
El protagonismo de esta parte lo toma Richard Wright, que entra tocando un solo de sintetizador, al que le sigue uno de guitarra espléndido y audaz, convirtiéndose la canción en un tema rockero y progresivo.
El espíritu de la canción cambia radicalmente en la segunda sección volviéndose a interpretar la parte cantada del principio con ligeras variaciones. Tras esto comienza la tercera sección, introducida por unos arpegios de guitarra de Gilmour. En esta parte hay claras progresiones de ritmos, que desarrollan bajo, teclado y guitarra a través de complejas melodías contrapuestas.
Finalmente, la última parte de “Shine On You Crazy Diamond (Part Two)” es una especie de marcha fúnebre en honor a Syd Barret. La voz cantante la lleva un sintetizador, acompañado por batería, piano (que aquí suena especialmente dramático), bajo y guitarra en ciertos momentos. Por último, el tema acaba en un apoteósico y sostenido acorde tocado con los sintetizadores, que van disminuyendo su volumen progresivamente.
Presentación. Wish You Were Here se puso a la venta con una de las presentaciones más elaboradas de los álbumes de Pink Floyd. Storm Thorgerson acompañó a la banda en su gira de 1974, y había estado pensando sobre el significado de las canciones, preocupado, en general, con las "presencias incumplidas", más que con la enfermedad de Barrett.
El tema de la ausencia se refleja en las ideas que se sacaron después de horas de lluvia de ideas con la banda. Thorgerson notó que el álbum de Roxy Music Country Life se vendía con un envoltorio verde -dejando la portada censurada- por lo que copió la idea, disimulando el diseño gráfico de Wish You Were Here con un envoltorio oscuro (haciendo que la portada fuese "invisible"). El concepto existente detrás de "Welcome to the Machine" y "Have a Cigar" le sugirió el uso de un "choque de manos" (un gesto, a veces vacío), por lo que George Hardie diseñó una pegatina que contenía un logotipo de dos manos mecánicas chocándose para colocarlo en el envoltorio exterior de la portada. La portada del álbum se inspira en la idea de que la gente suele reprimir sus verdaderos sentimientos, por miedo a "quemarse", por lo que aparecen dos empresarios chocándose las manos, mientras uno de ellos está en llamas. "Getting burned" ("Quemarse") además era frase común en la industria musical, usada a menudo por artistas a los que se les negaban regalías. Para la foto se utilizó a dos especialistas (Ronnie Rondell y Danny Rogers), uno de ellos embutido en un traje ignífugo y un traje de negocios encima del mismo. Tenía la cabeza protegida con una capucha, debajo de una peluca. La foto se tomó en los estudios de la Warner Bros. en Los Ángeles. Al comienzo de la sesión fotográfica el viento soplaba en la dirección equivocada, por lo que las llamas fueron derechas a la cara de Rondell, quemándole el bigote. Los especialistas cambiaron de posiciones, y luego se revirtieron sus posiciones en el estudio.
La contracubierta del álbum representa un "empresario Floyd" sin rostro, que en palabras de Thorgerson estaba "vendiendo el alma" en el desierto (fotografiado en el desierto de Yuma en California). La ausencia de muñecas y tobillos representa su "traje de negocios vacío". En el interior se ve un velo azotado por el viento en un bosque de Norfolk, junto a un saltador (que no salpica) en el Lago Mono - llamado en el libreto interior Monosee - en California (nuevamente enfatizando el tema de la ausencia). La decisión de envolver el álbum con un plástico negro no gustó a la compañía que distribuía el álbum en Estados Unidos, Columbia Records, que insistió en que se cambiase. Sin embargo, a EMI no le importó, los miembros de la banda dijeron sentirse extremadamente contentos con el resultado final, y cuando recibieron la maqueta de pre-producción, lo aceptaron con una espontánea ronda de aplausos.
Recepción. La mayor parte de Wish You Were Here se estrenó el 5 de julio de 1975 en un festival al aire libre en Knebworth. En el mismo evento participaba el cantante Roy Harper, quien al descubrir que el vestuario que iba a utilizar en el concierto había desaparecido procedió a destrozar una de las furgonetas de Pink Floyd, sufriendo alguna herida en el proceso. Esto hizo que hubiera un retraso en el montaje de sonido de la banda, estaba previsto que un par de aviones Supermarine Spitfire de la Segunda Guerra Mundial sobrevolaran el público durante la entrada de la banda, por lo que no se podían permitir retrasos. Un problema con el sistema eléctrico contribuyó a que los teclados de Wright sonaran mal, y la actuación de la banda sufrió por ello. Resultó que cada vez que se subía el volumen general, los teclados de Wright desafinaban. En un momento del concierto Wright abandonó el escenario, aunque decidieron seguir con un teclado menos sensible, un piano, y un espectáculo lumínico más simple. Después de un breve receso volvieron para interpretar Dark Side of the Moon, los críticos, descontentos por haberles sido denegado el acceso al backstage criticaron duramente la actuación.
El álbum se lanzó al mercado el 12 de septiembre de 1975 en el Reino Unido y, en Estados Unidos el día siguiente. En el Reino Unido, gracias al prensado de 250.000 copias iniciales entró directamente al puesto número uno de ventas, por lo que EMI, ante la gran demanda, tuvo que informar a los distribuidores que sólo se podrían servir la mitad de sus pedidos. Con 900.000 copias iniciales en Estados Unidos (la cantidad más alta de Columbia hasta la fecha) llegó al puesto número uno de la lista de Billboard 200 en su segunda semana. Hasta 1991, Wish You Were Here fue el álbum de la historia de Pink Floyd que más rápidamente vendió, aunque inicialmente recibió algunas reseñas negativas:
"Shine on You Crazy Diamond en un comienzo es creíble porque pretende confrontar el tema de Syd Barrett, la larga o probablemente eterna pérdida del guía del Floyd original. Pero la idea potencial no se realiza, dan una lectura tan literal del jodido tema que podrían estar cantando sobre el cuñado de Waters recibiendo una multa de aparcamiento. Esta conducta displicente, fuerza entre otras cosas una reevaluación de su relación con todas las orquestas de cadetes que apadrinaron inconscientemente. Una de las cosas que esas bandas tienen, en su forma inepta y cacofónica, es una sincera pasión por su 'arte'. Y pasión es de lo que carece Pink Floyd".
Ben Edmunds, Rolling Stone
Robert Christgau fue más positivo, escribiendo "... la música no es sólo simple y atractiva, con el sintetizador usado sólo para texturas y las partes de guitarra para comentar, sino que realmente consigue algo de la dignidad sinfónica que The Dark Side of the Moon simuló tan poderosamente". Sin embargo, Melody Maker lo despreció diciendo: "Desde cualquier dirección que se aborde Wish You Were Here sigue sonando inconvincente en su sinceridad poderosa y muestra una falta de imaginación en todos los aspectos". A pesar de todo esto, en 2003 se posicionó al álbum en el puesto número 209 de la lista de "los 500 mejores álbumes de todos tiempos elaborada por la revista Rolling Stone. En 1998 los lectores de la revista Q votaron para que Wish You Were Here estuviese en el puesto número 34 de su lista de los "mejores álbumes de todos los tiempos". En el año 2000 la misma revista lo posicionó en el puesto número 43 de su lista de los "100 mejores álbumes británicos de todos los tiempos". En 2007, una de las emisoras de radio más grandes de Alemania, WDR 2, pidió que sus oyentes votaran "los 200 mejores álbumes de la historia". Wish You Were Here quedó en el primer puesto. En 2004, Wish You Were Here se posicionó en el puesto número 36 de la lista de "los 100 mejores álbumes de los años 1970" elaborada por Pitchfork Media.
A pesar de los problemas surgidos durante la producción, el álbum es el favorito de Wright— "Es un álbum que puedo escuchar por disfrute, y no hay muchos álbumes de Floyd con los que pueda hacer eso". Gilmour opina igual— "Yo diría que es mi álbum favorito. El resultado final con todo, lo que fuera, definitivamente me ha dejado un álbum con el que puedo convivir de forma muy feliz. Me gusta mucho".
Venta. Pink Floyd y su mánager Steve O'Rourke no estaban satisfechos con los esfuerzos de su discográfica en Estados Unidos, Capitol Records (subsidiaria de EMI), por lo que Wish You Were Here se convirtió en el primer álbum de Pink Floyd en ser distribuido allí por Columbia Records — afiliado de CBS. A pesar de esto, la banda siguió con Harvest Records de EMI en Europa. Como resultado de este cambio de discográfica, la banda serían dueños de sus grabaciones de aquí en adelante - todos los álbumes posteriores a Wish You Were Here ponen los derechos de autor en manos de "Pink Floyd Music Limited" o (después de la marcha de Waters) "Pink Floyd (1987) Ltd.", en lugar de a su discográfica.
El álbum fue certificado plata y oro (60.000 y 100.000 copias vendidas, respectivamente) en el Reino Unido el 1 de agosto de 1975, y oro en Estados Unidos el 17 de septiembre de 1975. El 16 de mayo de 1997 fue certificado seis veces platino, y a fecha de 2004 ha vendido más de 13 millones de copias a nivel mundial. Columbia escogió "Have a Cigar" como primer sencillo extraído del álbum,8 con "Welcome to the Machine" como Cara B en Estados Unidos.
Reediciones y remasterizaciones. Wish You Were Here ha sido remasterizado y reeditado en varias ocasiones y en varios formatos distintos. En el Reino Unido y Estados Unidos el álbum se relanzó en sonido cuadrafónico en 1976, y en 1980 se lanzó un especial Hi-Fi Today en el Reino Unido. En Estados Unidos se lanzó en CD en 1983, mientras que en el Reino Unido tendría que esperar hasta 1985, y nuevamente remasterizado en 1994 con diseño gráfico nuevo. En Estados Unidos CBS Mastersound (subsidiaria de Columbia) lanzó una edición masterizada a la mitad de revoluciones en LP en 1981,nota 9 y en 1994 Sony Mastersound lanzó una edición en CD recubierto de oro de 24k, remasterizado usando Super Bit Mapping, con el diseño gráfico original en dos formatos distintos.
También se incluyó el álbum dentro de la caja recopilatoria Shine On, y cinco años después Columbia Records lanzó una versión en CD remasterizada, 17 segundos más larga que la remasterización de EMI de 1994, contando finalmente con una duración de 44:28. Su etiqueta es una recreación del logo original, sobre fondo azul y negro. Se volvió a lanzar en 2000 para celebrar su vigésimo quinto aniversario, a través de Capitol Records en Estados Unidos, y a través de EMI para el resto del mundo, utilizando la misma remasterización de 1992 que aparece en Shine On, pero con el diseño gráfico de la edición de EMI de 1994.
En 2011 salió una edición remasterizada y remezclada del álbum, dentro de la caja The Immersion Box Set, que incluye la nueva remasterización estéreo digital, realizada por James Guthrie en CD, además de otra versión en 5.1 Surround Mix de 2009, inédita hasta ahora, también de James Guthrie, en DVD y Blu-ray, una versión Quad Mix (previamente solo había salido en vinilo y cinta de ocho pistas) en DVD, así como la grabación original en estéreo mix de 1975, en DVD y Blu-ray. Este lanzamiento incluye también la versión en vinilo de 180 gramos, así como la versión en 5.1 surround sound mix de 2009, en Super Audio CD.
Covers y multimedia
Personal
Pink Floyd
David Gilmour – voz, guitarra, steel guitar, EMS Synthi AKS, teclados, efectos de sonido, guitarra. acústica de 6 y de 12 cuerdas en "Wish You Were Here".
Roger Waters – voz, bajo, guitarra, VCS3, efectos de sonido.
Nick Mason – batería, percusión, efectos de sonido.
Richard Wright – teclados, VCS3, clavinet, coros.
Músicos adicionales
Dick Parry – saxofón en "Shine On You Crazy Diamond".
Roy Harper – voz en "Have a Cigar".
Venetta Fields y Carlena Williams – coros.
Producción
Brian Humphries – ingeniero de sonido.
Peter James – ingeniero, asistente de ingeniero.
Phil Taylor – fotografía adicional (remasterización).
Hipgnosis – diseño, fotografía.
Peter Christopherson, Jeff Smith, Howard Bartrop y Richard Manning – asistentes de diseño.
George Hardie – diseño gráfico.
Jill Furmanovsky – fotografía adicional (remasterización).
James Guthrie – productor de remasterización.
Doug Sax – remasterización.
Letras traducidas
al español
SIGUE BRILLANDO DIAMANTE LOCO (PRIMERA PARTE)
Recuerda cuando eras joven
Brillabas como el sol.
Sigue brillando, diamante loco.
Ahora hay una mirada en tus ojos,
Como agujeros negros en el cielo.
Sigue brillando, diamante loco.
Quedaste atrapado en el fuego cruzado
De la niñez y el estrellato
Levado por la brisa de acero
Adelante, tú, objetivo de risas lejanas
Adelante, tú, leyenda, tú, mártir,
y ¡brilla!.
Perseguiste el secreto demasiado pronto
Y lloraste por la luna
Sigue brillando, diamante loco.
Amenazado por las sombras de la noche
E indefenso en la luz.
Sigue brillando, diamante loco.
Dejaste de ser el bienvenido
Con precisión aleatoria
Cabalgando la brisa de acero.
Adelante, tú, loco delirante y visionario
Adelante, tú, pintor, tú, gaitero, tú, prisionero,
y ¡brilla!.
BIENVENIDO A LA MÁQUINA
Bienvenido, hijo mío,
bienvenido a la máquina
¿Dónde has estado? Está bien,
ya sabemos dónde has estado
Has estado en la tubería, rellenando tiempo,
provisto de juguetes y
actuando de Boy Scout.
Compraste una guitarra
para castigar a mamá.
Y no te gustaba ir a la escuela,
y sabes que no eres la marioneta de nadie,
Así que bienvenido a la máquina.
Bienvenido, hijo mío,
bienvenido a la máquina.
¿Que soñaste?
Es igual, ya te dijimos lo que soñar
Soñaste con una gran estrella;
él tocaba una guitarra miserable
Comía siempre en el Steak Bar.
Le encantaba conducir su Jaguar
Así que bienvenido a la máquina.
TOMA UN CIGARRO
Entra aquí, muchacho, toma in cigarro.
Tú vas a llegar lejos,a volar alto.
Tú no vas a morir nunca, si lo intentas
lo conseguirás; te van a querer.
Yo siempre he sentido un profundo respeto,
y lo digo con toda la sinceridad.
La banda es sencillamente fantástica,
eso es lo que pienso realmente.
Oh por cierto, ¿cuál de ellos es Pink?
Y, ¿te dijimos ya el nombre
del juego, muchacho?
Lo llamamos
Montando en el Tren de la Carne.
Nos hemos quedado pasmados
cuando hemos oído lo de la venta.
Tienes que publicar un álbum.
Se lo debes a la gente. Estamos tan contentos
que apenas podemos contar.
Todos los demás están sencillamente verdes,
¿has visto las listas?.
Es un comienzo pistonudo,
podríamos convertirlo en un monstruo
si todos tiramos juntos del equipo.
Y, ¿te dijimos ya el nombre
del juego,muchacho?
Lo llamamos
Montando en el Tren de la Carne.
OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ
Así que crees que sabes distinguir
El cielo del infierno
El cielo azul del dolor
¿Sabes distinguir un campo verde
De un frío raíl de acero?
¿Una sonrisa de un velo?
¿Crees que puedes distinguir?
¿Consiguieron hacerte cambiar
Tus héroes por fantasmas?
¿Cenizas ardientes por árboles?
¿Aire caliente por una brisa fresca?
¿Frío confort por un cambio?
Y ¿cambiaste
Un papel principal en la guerra
Por un papel protagonista en una jaula?
Ojalá, ojalá que estuvieras aquí.
Solo éramos dos almas perdidas
que nadan en una pecera
Año tras año
Corriendo siempre sobre
el mismo viejo camino
¿Que hemos encontrado?
Los mismos miedos de siempre
Ojalá que estuvieras aquí.
SIGUE BRILLANDO DIAMANTE LOCO (SEGUNDA PARTE)
Nadie sabe dónde estás,
Cerca o lejos.
Sigue brillando diamante loco.
Amontona muchas capas más,
Y yo te alcanzaré allí.
Sigue brillando diamante loco.
Y nos dejaremos acariciar por las
sombras,
De los triunfos del pasado,
Y navegaremos en la brisa de acero.
Adelante, chico-niño, tú, ganador y
perdedor,
Adelante, tú, buscador de la verdad y
del delirio, y ¿brilla!.
El año 1976 transcurre sin demasiadas noticias del grupo, que convertido ya en dinosaurio por mérito propio, se mueve cada vez con mayor lentitud. Siguiendo un esquema habitual por los grandes grupos de los setenta –caso de Led Zeppelin, Genesis o Emerson, Lake And Palmer- las giras, antaño esenciales para la presentación de cada nuevo disco, se convierten en prescindibles y tienden a escasear.
Las entrevistas brillan por su ausencia. Nick Mason produce el álbum "Shamal" de Gong –donde se encuentran músicos como Pierre Moerlen y Steve Hillage-, y sus compañeros se dedican al conocido deporte del "ahora descanso que ser estrella del rock es muy duro" mientras comienzan a aflorar ideas para un próximo álbum.
Un proyecto anunciado, la participación de Pink Floyd en la banda sonora de "Dune", de Frank Herbert, nunca se lleva a cabo. El 3 de diciembre de 1976, la Battersea Power Station, un enorme complejo industrial con cuatro vistosas y largas chimeneas blancas que se encuentra al sur de Londres, se llena repentinamente invadida por un extraño equipo de personas. Fotógrafos, ejecutivos discográficos, y un gigantesco cerdo hinchable rosa que es elevado hasta los cielos, surcando el espacio sobre la nave industrial. Un paisaje surrealista aunque con trasfondo de crítica social: el cerdo, desde las alturas, observa la suciedad y la decadencia de la supuestamente desarrollada sociedad occidental. Una de las fotos de la escena será utilizada para la portada del nuevo álbum de Pink Floyd, "Animals".
El 19 de enero de 1977 "Animals" es presentado a la prensa británica en una rueda de prensa en la que se escucha una sola vez el contenido del álbum. Cuatro días más tarde, sale a la venta. Su contenido asusta a muchos de los recién llegados al planeta Floyd, mientras que los viejos fans recuperan la esperanza perdida.
Roger Waters volvió a sacar a flote sus inquietudes políticas y sociales para la concepción de este álbum, enmarcado en una época de fuerte crisis para el Reino Unido, con un gran desempleo, numerosas huelgas y tensiones raciales.
Justamente entre tres álbumes muy populares (“Dark Side Of The Moon”, “Wish You Were Here” y “The Wall”), y casi los más conocidos si quitamos el “The Piper At The Gates of Dawn”, se encuentra una obra poco apreciada en la que no muchos parecen detenerse. No sé a qué se debe su desconocimiento. Quizás, debido a su naturaleza (se compone exclusivamente de tres temas largos y una pieza a modo de obertura y cierre), le faltó el sencillo exitoso que le catapultara hacia la fama. En la opinión de mucha gente estamos ante una nueva injusticia musical más, ya que, en cierta manera, es el disco más redondo de Pink Floyd.
“Animals” es una obra conceptual. Supongo que no es extraño teniendo en cuenta que “Dark Side Of The Moon” y “The Wall” también lo son y el formato conceptual es ideal para cualquier grupo de Progresivo que se precie. En este caso, el punto de referencia que debemos tener en mente es la obra orwelliana de “Rebelión en la Granja”. En consecuencia, el tono general del álbum es más bien oscuro y quizás un tanto deprimente. Las canciones, salpicadas muy de vez en cuando con efectos sonoros que nos recuerdan a los animales protagonistas, se adentran en progresiones intrincadas, solos algo perturbadores y efectos opresivos. Con intención de quitarle un poco de hierro al asunto y no hacerlo todo tan terrible, ‘Pigs on the Wing’ abre y cierra el álbum con mucha más sencillez, cantando de forma casi ingenua al amor, generando así un contraste que resulta estremecedor.
El uso de los animales es igual de alegórico: Pigs, la clase dominante, Dogs, los egoístas empresarios, Sheep, la masa borrega. Las comparaciones son obvias quizás, pero la forma en que van construyendo las metáforas para atacar a la sociedad es de lo mejor en materia poética que jamás hizo Roger Waters. En su momento se pensó que este disco significó la respuesta de Pink Floyd al Punk por la rabia que transmiten todas y cada una de las canciones (normal, la crítica impregna cada nota musical). No sé si compusieron “Animals” teniendo a los Sex Pistols en mente, pero la fortaleza de su mensaje es capaz de superar cualquier gamberrada juvenil. Sigue tan fresco y vigente como el primer día, y probablemente lo seguirá siendo hasta el último. “Animals” no ha envejecido nada, ni en lo musical ni en lo temático. Esa clase de obras que no pierden actualidad son las verdaderamente inmortales…
Las dos partes de Pigs On The Wing son breves piezas acústicas relativamente optimistas que parecen hablar del entendimiento entre las clases y su posible colaboración, pero no nos dejemos engañar por su suavidad: la chicha está en el medio. Dogs nos introduce desde el principio en el mundo de la supervivencia del más fuerte, del perro sin amo que se ha endurecido buscándose la vida solo (“you gotta sleep on your toes (…)/ you gotta be able to pick the easy meat with your eyes closed”). Estos perros son traicioneros (“you have to be trusted by the people you lie to/ so that when they turn their backs on you/ you’ll get the chance to put the knife in”), pero saben que cuando vayan envejeciendo será cada vez más difícil mantener su forma de vida y acabarán muriendo tristemente solos (“just another sad old man/ all alone and dying of cancer”) Sin embargo, todo es, en el fondo una fachada (“you just keep on pretending/ that everyone’s expendable and no-one has a real friend”). Pero… ¿y la música? La música es gloria. Las guitarras acústicas dan un toque melancólico a toda la canción y la melodía principal, que suena dos veces envuelta en eco, es verdaderamente lacrimógena (la vida de un perro es la más triste de todas, en el fondo). Son pocas notas, pero esas notas van directas al corazón. Ese clímax que se alcanza después del “and you believe at heart, everyone’s a killer”…
Pigs (Three Different Ones) comienza, simbólicamente, con un gruñido porcino que introduce toda una atmósfera diferente, casi carnavalesca. Creo que la línea “you’re nearly a laugh/ but you’re really a cry” sintetiza bien la idea de los cerdos. Su comportamiento es demasiado afectado, repleto de formas, impostaciones, simulacros, teatros… en definitiva, toda una forma de vida dando una imagen pública totalmente falsa e, incluso, exagerada. Sin embargo, son la clase dominante, es decir, están por encima de nosotros y tenemos que jugar con sus reglas. Me encantan esos riffs minimalistas de guitarra y ese teclado que hace de puente en varias ocasiones y que parece sacado de un tema de Mike Oldfield o algo similar. El uso ocasional del staccato le da un aire muy rítmico y no hablemos de los jueguecitos de estudios porque nos podemos llevar años. Baste decir que la utilización del talk box para imitar el sonido de los cerdos es para quitarse el sombrero.
Después viene Sheep finalizando el triángulo social con su introducción jazzística y esos berreos mientras el bajo va subiendo en intensidad y el tono de la canción va cambiando progresivamente. Las primeras líneas lo dicen todo: “harmlessly passing your time in the grassland away/ only dimly aware of a certain unease in the air/ you better watch out/ there may be dogs about”. Bueno, quizás no todo. Alrededor de la mitad empieza uno de los “experimentos” más interesantes del disco: una parodia del salmo 23 adaptado a las ovejas (“he converteth me to lamb cutlets”) en vocoder. Tardé siglos en darme cuenta de ese jugueteo floydiano, lo cual puede demostar dos cosas: una, que soy un inepto; o dos, la increíble dedicación y trabajo que hay cada tema. Curiosamente, Sheep es el tema más rockero de los tres, con un tempo más rápido y unos riffs de guitarra impresionantes (esa coda, por dios, ¡esa coda!).
Todo esto se acaba en poco más de 40 minutos. 40 minutos intensísimos de fuertes imágenes poéticas y recursos estilísticos que en nada tienen que envidiar a lo mejor de “The Wall” o “Dark Side Of The Moon”. Donde estos discos emplean toda su creatividad en abordar temas filosóficos y trascendentales, “Animals” pone los pies en la Tierra y ataca al sistema mismo que rige el mundo desde tiempos inmemoriales: los que mandan, los que tienen dinero y los que obedecen.
Por momentos, parece que la vieja furia reviva entre los surcos. Esta vez, la resurrección de Pink Floyd va en serio. Hay hambre de directo, ganas de transmitir al público esos logros que el grupo ha ido acumulando desde su último concierto, aquel lejano 5 de julio de 1975 en el recinto del festival de Knebworth.
Así, el 23 de enero, el grupo inicia en Dormund una gira europea que les llevará a Frankfurt, Berlín, Viena, Zurich, Rotterdam, Amberes, París, Munich, Londres y Stanfford. El 22 de abril, embarcan con rumbo a Estados Unidos: Miami, Tampa, Atlanta, con culminación en el inevitable "Madison Square Garden" de Nueva York y, dos días más tarde, en el Olympic Stadium de Montreal (Canadá). Los "shows" de "Animals" son de punto y aparte, y marcan un nuevo hito en la concepción de conciertos de rock a través de la utilización de rayos láser, el característico y gigantesco disco de fondo, y lo más emblemático, un monstruoso cerdo que sobrevuela el escenario y que se convertirá en uno de los emblemas del grupo. Colosal y hipnótico.